La frontera en el centro poblado de Pasto Grande, que conecta las regiones de Moquegua, Tacna y Puno, se encuentra en una situación crítica debido al abandono por parte de las autoridades. Los tramos 3 y 4 de la carretera están en total descuido, dificultando la conectividad y el desarrollo de la zona.
Fredy Chipana, agente municipal de Pasto Grande, denunció que desde la gestión del hermano Walter refiriéndose a la anterior gestión de Aduviri indicó que no se han ejecutado proyectos para esta área. “Pedimos la delimitación urgente de la frontera para una mejor atención e interés por la zona y la población”, expresó.
La comunidad enfrenta severas carencias en servicios básicos como salud y educación, además de problemas económicos derivados del deterioro de sus principales actividades productivas. La ganadería, que es la principal fuente de sustento, carece de apoyo para su fortalecimiento. Por otro lado, la pesca, que antes complementaba los ingresos de la población, ha desaparecido debido a la contaminación provocada por empresas mineras como Aruntani, Santa Rosa y Cocachacra, afectando directamente a más de 500 habitantes.
Pese a su importancia estratégica, al ser el principal proveedor de agua para los valles de Moquegua, Pasto Grande no recibe atención ni inversión por parte de los gobiernos regionales ni locales. La población exige proyectos que mejoren su calidad de vida, ingresos para el pueblo y medidas urgentes para mitigar los impactos de la contaminación minera, que ha devastado los recursos naturales de la zona.
A la espera de plaza para la localidad, promesa hecha por el alcalde de Acora en el 2023.