El incremento de los casos de violencia contra la mujer en Tacna, que superan los 2,000 reportes solo en el primer semestre de 2024, genera preocupación en la población. Ciudadanos de la región han planteado propuestas que priorizan la prevención y la educación para intervenir a tiempo y frenar las consecuencias que esta problemática tiene en las víctimas.
Fiorella resalta que la dependencia económica es uno de los mayores obstáculos para que las mujeres puedan salir de entornos violentos. “El maltrato significa un retroceso para las mujeres en su camino hacia un empleo, emprendimiento o ingreso estable. Afecta la economía porque estas mujeres no trabajan y dependen de sus agresores. Las autoridades deben enfocarse en la educación con una cultura preventiva desde los primeros niveles escolares”, señaló.
Por su parte, Rosa Dancourt enfatizó las barreras psicológicas que enfrentan las víctimas, lo que complica su inserción en un entorno laboral y su bienestar general. “Psicológicamente, la violencia impide que una mujer viva tranquila, aunque tenga trabajo. La solución empieza en el hogar, enseñando igualdad entre niños y respeto mutuo. También es crucial que las autoridades se reúnan con la sociedad para priorizar acciones conjuntas contra la violencia”, manifestó.
Jonathan, otro ciudadano, puso énfasis en la violencia económica, que considera un factor poco visibilizado pero determinante en la perpetuación del problema. “La dependencia económica impide que muchas mujeres denuncien, incluso a costa del bienestar de sus hijos. Es fundamental sensibilizar y articular esfuerzos desde las instituciones para erradicar esta forma de violencia”, afirmó.