Más de la mitad de los peruanos no pudo acceder a alimentos en cantidad y calidad necesarias durante el 2023, según un informe de la FAO. Para una alimentación saludable, cada peruano necesita gastar un mínimo de 15 soles diarios, una cifra que organizaciones como las ollas comunes señalan como inalcanzable para millones debido al desempleo y al alza de precios.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el costo de una dieta nutritiva en Perú se ha elevado desde 12 soles en 2017 hasta 15 soles en 2023, ubicando al país entre los más afectados por la inseguridad alimentaria en Sudamérica.
Este fenómeno afectó a más de 12 millones de personas el último año, quienes consumieron menos de las 2,200 calorías diarias necesarias, según el Instituto Peruano de Economía (IPE). Regiones como Apurímac, Huancavelica y Ayacucho encabezan el índice de hambre grave, mientras que en las zonas urbanas la pobreza monetaria también se disparó al 29 %, intensificando las dificultades de acceso a alimentos.
Organizaciones como la Red de Ollas Comunes de Lima Metropolitana denuncian que el presupuesto estatal asignado para alimentación es insuficiente.
«Con dos soles por ración no es posible garantizar un plato nutritivo. Los precios de productos básicos como carne o papa son inalcanzables», comenta Abilia Ramos, lideresa de una olla común en San Juan de Lurigancho.
El gobierno destinó 146 millones de soles para el 2025 a estas organizaciones, pero las lideresas insisten en que los montos son mínimos frente a la crisis alimentaria. Mientras tanto, recurren a estrategias como la recuperación de alimentos en mercados y acuerdos con empresas privadas para reducir costos.