Con más de 200 advertencias y alertas por inundaciones activas, el Reino Unido comienza la semana enfrentando las secuelas de la tormenta Bert, que durante el fin de semana causó estragos en Inglaterra y Gales.
El temporal, con vientos de hasta 131 km/h, dejó al menos cinco personas fallecidas y cientos de viviendas bajo el agua, transformando carreteras en ríos y paralizando servicios básicos.
En Gales, un hombre de 75 años y un paseador de perros perdieron la vida en el norte de la región, mientras que en el sur de Inglaterra otro hombre falleció al caer un árbol sobre su vehículo.
En localidades como Pontypridd, los residentes se esforzaron por contener el avance del agua utilizando cubos, mientras que en el río Nene, en Northampton, se emitió una advertencia severa de inundación debido al peligro inminente para la vida.
La devastación también afectó la infraestructura. Varias carreteras principales y líneas ferroviarias permanecen cerradas, con operadores como Great Western Railway suspendiendo servicios clave entre Londres y el suroeste del país.
Las rutas hacia Bristol y Cornwall fueron interrumpidas, al igual que los trenes hacia el aeropuerto de Stansted. Además, los vuelos experimentaron retrasos generalizados, y miles de viviendas quedaron sin electricidad. “No intenten viajar en ninguna ruta hoy”, advirtió Great Western Railway.
El primer ministro británico, Keir Starmer, expresó su gratitud a los servicios de emergencia a través de un mensaje en X (anteriormente Twitter), destacando los esfuerzos realizados para proteger a las comunidades afectadas. Por su parte, Eluned Morgan, ministra principal para Gales, calificó las inundaciones como “absolutamente devastadoras”.