El pasado 6 de octubre, en la zona Pukarina Chica, ubicada al sur de Bolivia, lo que prometía ser una noche de música y diversión se convirtió en un caos cuando los asistentes al concierto reaccionaron violentamente al enterarse de que la agrupación Corali no se presentaría.
Los seguidores, frustrados por la falta de información y la ausencia de la esperada banda, tomaron el equipo de sonido y lo destruyeron en señal de protesta.
Según testigos, los organizadores no dieron explicaciones claras sobre la cancelación, lo que desató la ira de los asistentes, quienes habían pagado por ver a Corali en vivo.
Hasta el momento, no se han registrado heridos graves, pero el equipo técnico sufrió pérdidas significativas.
Las autoridades locales ya están investigando los hechos y no descartan tomar medidas legales contra los responsables de los destrozos.