Las cárceles se han convertido en uno de los puntos de mayor concentración de la criminalidad en el Perú donde diversas bandas se manejan desde su interior. La corrupción que impera en las prisiones han generado que desde ahí se controlen extorsiones y otros tipos de delitos que no son controlados por el personal del INPE.
Al respecto, el secretario general del sindicato de trabajadores del Instituto Nacional Penitenciario, Ángel Llacari, para hablar sobre la problemática de este organismo. Ahí, el dirigente señaló que una de las razones para que la inseguridad impere dentro de los penales son los bajos sueldos que cobran sus integrantes que hasta llegan a arriesgar su vida en el cumplimiento de sus funciones.
«Somos víctimas de amenazas y hasta de extorsiones de los internos por el trabajo que realizamos. Sin embargo, no somos adecuadamente remunerado por ello, tenemos sueldos bajísimos con el que no llenamos la canasta familiar y aún no nos otorgan el seguro de riesgo de vida que nosotros asumimos al cumplir nuestras funciones», indicó.
Una red criminal
A su vez, Llacari hizo una grave acusación al señalar que el propio presidente del INPE, Javier Llaque Moya, sería parte de una mafia que se encarga del ingreso de celulares, drogas y todo tipo de contrabando a las prisiones. Además, indicó que los directores de las cárceles llegan a pagar cupos para ejercer sus funciones y hacerse de la vista gorda en su trabajo.
«El presidente del INPE tiene una alianza con estos delegados que les permite de todo y pone directores que permiten que estas situaciones sucedan. Muchas veces en reportajes se le ha mencionado que funciona cómo una organización criminal con todos sus directores que a todos los rotan en diferentes penales», indicó.