El asesinato del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un ataque israelí cerca de Beirut fue «una medida de justicia por sus numerosas víctimas», entre ellas «civiles estadounidenses, israelíes y libaneses», afirmaron este sábado el presidente de Estados Unidos, Joe Niden, y su vicepresidenta, Kamala Harris.
Washington «apoya plenamente el derecho de Israel a defenderse contra el Hezbolá, Hamás, los huties y cualquier otro grupo terrorista respaldado por Irán», añadió el mandatario en un comunicado.
De su lado, la vicepresidenta y candidata demócrata a la Casa Blanca calificó a Narsalá de «terrorista con sangre estadounidense en sus manos».
«Hoy las víctimas del Hezbolá tuvieron una medida de justicia» y «siempre apoyaré el derecho de Israel a defenderse», si bien «la diplomacia sigue siendo el mejor camino», agregó.