Tras dos años y medio de dominio absoluto, parecía que Red Bull y Max Verstappen podrían llegar juntos a los cuatro títulos consecutivos, como otrora logró la escudería austríaca junto a Sebastian Vettel. Sin embargo, la falta de competitividad desde el Gran Premio de Austria ha sido constante para el equipo de la marca de bebidas energéticas, y la opción de un cuarto campeonato seguido para el piloto neerlandés empieza a verse cada vez más lejana.
El dominio de Red Bull en entredicho
2021 fue el fin de una era. Lewis Hamilton y Mercedes habían dominado la categoría reina del automovilismo durante más de siete años, pero Max Verstappen dominó el RB16B a la perfección y logró entonces su primer título. Con la reintroducción de los monoplazas basados en el efecto suelo, el neerlandés y la marca de bebidas energéticas cambiaron el color, pero no el lienzo: el dominio seguía formando parte de la F1, solo que ahora eran otros nombres los que lo imponían. La principal señal de esto fue la pasada campaña, donde Red Bull, ya fuera con Verstappen o con el mexicano Sergio Pérez, ganaron todas las carreras menos una.
Y 2024 apuntaba a un panorama muy parecido, pero las cosas no tardaron en truncarse. Ferrari, con Carlos Sainz a los mandos, se llevaba el Gran Premio de Australia. Luego, Lando Norris triunfaba en Miami… y los problemas empezaron a ser imposibles de ocultar de Mónaco en adelante. Solo algunas genialidades de Verstappen evitaron más triunfos de otros equipos, pero desde España, a finales de junio, el RB20 no pisa el escalón más alto del podio. Las apuestas de Betsson jamás habrían previsto una caída así a principios de año, cuando solo se esperaba una temporada de arrase más.
El reciente Gran Premio de Italia es una muestra más del dique seco que atraviesa Red Bull. La alta eficiencia en recta era una de las señales de identidad de su última generación de monoplazas, por lo que Monza debería ser un circuito favorable para el RB20. Sin embargo, el coche fue un auténtico desastre en comparación con los resultados que solían alcanzar aquí. Verstappen rascó un meritorio sexto puesto… pero la pasada temporada el monoplaza más cercano de otro equipo terminó a más de 10.
La presión interna y externa crece
Pero los problemas en la pista no son los únicos que hay en Red Bull, ya que dentro también empieza a haber voces discordantes. El propio Verstappen es uno de los que está detrás de ellos, que ya ha hablado abiertamente de que va a ser muy difícil mantener la corona mundial si los resultados no empiezan a llegar.
Desde fuera, los rivales de Red Bull están oliendo sangre y creen que pueden llegar a superar a los austriacos. Las mayores amenazas son Lando Norris y Oscar Piastri, los pilotos de McLaren. Ahora mismo el equipo británico cuenta con el mejor monoplaza de la parrilla, y solo errores operacionales están evitando que estén líderes de ambos campeonatos. Incluso Ferrari y Mercedes, muy lejos hace no tanto, son difíciles de batir para los toros rojos.