La vaciante de los ríos en la región está revelando una cruda realidad: los residuos de petróleo, que permanecían ocultos en el fondo del río Pastaza, ahora flotan en la superficie, amenazando la salud y la vida de las comunidades que dependen del agua para su subsistencia.
Las comunidades que habitan las orillas del río Pastaza, ya afectadas por la sequía, ahora enfrentan una emergencia sanitaria debido a la presencia de hidrocarburos en el agua. Según los testimonios de los pobladores, el petróleo que quedó tras un antiguo derrame emerge con la bajante del caudal, contaminando lo poco de agua que queda.
Según imágenes, niños y adultos recorren largos trechos con baldes en las manos, buscando agua limpia, pero solo encuentran charcos contaminados. Las comunidades advierten que la situación es crítica y que el acceso a agua potable es más urgente que cualquier otra ayuda. «El gobierno debería enviar bidones de agua para el consumo humano», exigen los habitantes.
Ante la desesperación, muchos recurren a sus creencias espirituales, rogando por lluvias que al menos les den un respiro temporal. Sin embargo, la ayuda aún no llega. La población afectada lanza un llamado de S.O.S, pidiendo al Estado y a la comunidad internacional una intervención urgente para salvar vidas