Una jornada marcada por la sobriedad, la peregrinación al santuario de la Virgen de Copacabana experimentó una notable disminución en la afluencia de fieles durante su día central en comparación con años anteriores.
El pasado 5 de agosto, el tradicional evento religioso atrajo a menos visitantes, quienes cruzaron la frontera de Kasani para llegar al emblemático templo. Una vez allí, los peregrinos asistieron a la misa y posteriormente visitaron la capilla para encender velas y adquirir objetos religiosos destinados a recibir la bendición de la Virgen.
Los comerciantes locales informaron que la reducción en la llegada de fieles podría deberse a que la festividad cayó en día martes, en lugar de un fin de semana, lo que limitó la disponibilidad de tiempo para muchos devotos. Además, el hecho de que los productos se ofrecieran en moneda peruana, en lugar de la moneda local, podría haber influido en la baja en las ventas.A pesar de la baja afluencia, los peregrinos no omitieron la tradición de visitar la ‘Boca del Sapo’, donde la celebración concluyó con el estallido de champagne, una práctica simbólica que representa el deseo de prosperidad económica para el año entrante.
La población se ha unido para celebrar con fe dicha actividad.