Gregorio Albarracín. Los conductores de una cevichería ampliaron sus servicios de forma ilegal, convirtiendo el local, que contaba con licencia para restaurante, en una cantina clandestina que atendía a parroquianos a puertas cerradas con la presencia de aparentes damas de compañía.
Personal de la Subgerencia de Fiscalización de la Municipalidad Distrital de Gregorio Albarracín, con apoyo de la comisaría del distrito y serenazgo, intervino la cevichería El Calamar, ubicada en la asociación de vivienda Las Palmas, la noche del viernes ante las incesantes quejas de los vecinos por las grescas callejeras entre personas en estado de ebriedad que salían del inmueble.
El local funcionaba a puertas cerradas y contaba con una cámara de vigilancia y un monitor en el interior que ponía a los dueños en alerta ante posibles operativos. Dentro del bar se encontró a unos 20 clientes bebiendo cerveza en las mesas, mientras que un grupo de mujeres se encerró en el baño, negándose a salir para ser identificadas, por lo que la Policía presume que se trataba de damas de compañía.
Los fiscalizadores ediles clausuraron el negocio por cambiar el giro comercial autorizado para venta de alimentos y usarlo con el fin de vender exclusivamente licor. Al amparo de la ordenanza municipal 02-2024 se incautó sillas, mesas, cajas de licor y demás mobiliario y artefactos del establecimiento para su internamiento en un depósito. Los dueños podrán recuperar sus bienes luego de la subsanación de las observaciones.
Los vecinos del sector indicaron que el bar funciona frente a un jardín de niños, quienes eran potenciales víctimas de la inseguridad generada por la cantina. Agentes policiales realizaron el control de identidad de los clientes, sin hallar a requisitoriados, mientras que las mujeres continuaron ocultas en el servicio higiénico. Según el área de Fiscalización de la comuna albarracina, en la misma zona ya fueron clausurados dos locales que también cambiaron el giro de sus licencias de funcionamiento.