En su primer día como visitador de la Prelatura de Juli monseñor Marco Cortez Lara, obispo de Tacna y Moquegua, sostuvo maratónicas reuniones con diversas personas para esclarecer las graves denuncias que pesan contra el obispo de Juli, Ciro Quispe López.
Como se sabe, la Santa Sede en Roma, a través de la Nunciatura Apostólica en el Perú, designó el 16 de julio a monseñor Cortez Lara como visitador apostólico con la finalidad de verificar de manera exacta la situación de referencia.
La actuación del prelado ha traído sosiego y esperanza entre la feligresía aimara, dado que tras su llegada se creyó que solo atendería a un sector del clero y que sería una odisea llegar a él.
“Tenemos mucha fe en el visitador apostólico, ojalá que siga así. Sabemos que se habría reunido con gente ligada al obispo Ciro Quispe y que también se ha reunido con otros que seguramente contaron algunos secretos ya conocidos. Quiera Dios que se conozca la verdad, por el bien de la Iglesia y del pueblo católico”, expresó una integrante de la Hermandad Virgen Inmaculada Concepción.
La fuente detalló que las reuniones se desarrollan de manera itinerante, no necesariamente en un recinto eclesiástico, sino en diferentes lugares.
“Monseñor Marco Antonio Cortez ha sido enviado para ir en busca de la verdad, no que ella venga a él”, narró un feligrés. Trascendió que en cada una de las citas estuvo presente un clérigo que hacía las veces de secretario, quien tomaba nota de cada testimonio.
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