La esperada reunión sobre la problemática socioambiental de la cuenca Llallimayo, prevista para ayer, fue abruptamente suspendida debido a la ausencia del ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho Mamani y otros altos funcionarios del Ejecutivo.
Esta cita crucial tenía como objetivo abordar la recuperación de la calidad del agua contaminada y la instalación de una planta de tratamiento de aguas ácidas.
La reunión, que debía dar seguimiento a una agenda acordada previamente en Lima, solo contó con la presencia de Luis Rejas Torres, de la Oficina de Gestión Social de Energía y Minas, y funcionarios de la empresa AMSAC. También estuvo el gobernador regional Richard Hancco.
La falta de representación de alto nivel generó un profundo malestar entre los representantes de la sociedad civil de la cuenca afectada.
Los pobladores de Llalli, Cupi, Umachiri y Ayaviri, afectados por la contaminación, expresaron su frustración colocando sobre la mesa piedras teñidas de color azufrado, símbolo de la devastación ambiental en la cuenca Llallimayo.
Hernán Nina Zamata, presidente del Frente de Defensa de Recursos Hídricos de la cuenca, manifestó su preocupación y lamentó la falta de respuesta de las autoridades, pese a las repetidas solicitudes formales.
La reunión fue reprogramada con una fecha límite hasta el 22 de julio, exigiendo la presencia de los ministros de Energía y Minas y otros sectores involucrados.
Hernán Nina enfatizó la urgencia de mejorar la calidad del agua y advirtió que las comunidades se verán obligadas a iniciar protestas conforme a los acuerdos entablados con los diferentes distritos afectados.