Lo que alguna vez fue un Centro de Salud al servicio de la comunidad, el Hospital de Juli, ahora parece más un depósito de vehículos inoperativos y desmantelados. Las ambulancias y carros de la Red de Salud están siendo víctimas de un desmantelamiento sistemático, dejando a la población sin los recursos necesarios para emergencias médicas.
Una de las camionetas siniestradas de la Red de Salud ha sido objeto de saqueo por parte de desconocidos, quienes ya se han llevado la memoria y otros elementos básicos del vehículo. Lo más alarmante es que a pesar de estas acciones vandálicas, tanto el director de la Red de Salud como el director del hospital permanecen en silencio, sin tomar medidas al respecto.
La situación no se detiene ahí. Las demás ambulancias también están siendo desmanteladas paulatinamente y, nuevamente, no hay ninguna respuesta de las autoridades. Actualmente, la única ambulancia en funcionamiento es la de SAMU, una reciente donación que ya muestra signos de desgaste debido a su uso constante y exclusivo.
El administrador de la Red de Salud parece desinteresado en la reparación de las ambulancias, dejándolas abandonadas a su suerte.
Esta negligencia es preocupante, especialmente considerando que sí existe presupuesto para estos gastos, pero aparentemente no hay voluntad de invertir en la reparación y mantenimiento de estos vehículos esenciales.