El presidente de la Federación de Pescadores Artesanales Marítimos Embarcados y no Embarcados de Tacna, Juan Moina Lerma, informó que en lo que va del año alrededor de diez embarcaciones peruanas fueron detenidas en el mar chileno tras ser intervenidas por patrullas marítimas que llevan a los ocupantes de las naves a sus puertos, los encarcelan y les imponen una multa.
Explicó que en Tacna el mar es «corto” ya que partiendo de la línea de La Concordia no tiene ni un cuarto de milla, a la altura de La Yarada tiene media milla y en Boca del Río su extensión es de cerca 5 millas.
“Nosotros los pescadores artesanales nos dedicamos a la pesca selectiva en la frontera, pero por condiciones oceanográficas y la corriente que juega un papel importante podemos salir a tierra o afuera, trasgrediendo la línea (fronteriza marítima) imaginaria”, comentó.
Aseguró que los pescadores hacen lo posible por no cometer esta infracción ya que las multas son considerables y llegan a costar más que una embarcación. En cuant oa las naves, dijo que son “fondeadas” para un proceso disciplinario.
“El mar es impredecible, no podemos decir qué va a suceder. Las corrientes cambian, y siempre hay compañeros que trasgreden (la frontera)”, dijo Moina, quien informó que últimamente han sido detenidas de cuatro a cinco lanchas conocidas como “vikingas” con pesca de jurel, mientras que en la temporada de verano fueron cinco embarcaciones.
Se suman naves que hace seis años fueron detenidas y ahora están deterioradas en una pampa abandonadas porque sus dueños optaron por dejarlas, agregó.
En otro momento el dirigente dijo que en el mar tacneño hay gran cantidad de la especie jurel y por ello llegan embarcaciones del norte, a las cuales se conoce como “vikingas” y son más de 100.
Estas pescan de manera desmedida, utilizando las instalaciones del desembarcadero artesanal de Morro Sama, lo que también cuestiona porque son de 50 a 60 toneladas y la infraestructura no es apropiada para este tipo de descargas.