Ayer, la ciudad de Juliaca amaneció bloqueada y aislada de la región Puno, las diferentes organizaciones sociales acataron el primer día del anunciado paro de 48 horas en contra de la inseguridad ciudadana.
Como se sabe, la paralización fue convocada luego del asesinato de la presidenta de la urbanización Villa Hermosa del Misti, Sara Adela Calla (46), quien fue acribillada a balazos por oponerse a la reapertura de cantinas y discotecas clandestinas, hecho que generó gran malestar entre la población juliaqueña quienes cuestionaron la inacción del Comité Regional de Seguridad Ciudadana (Coresec), Comité Provincial de Seguridad Ciudadana (Coprosec) y la Policía Nacional por la desidia frente a la delincuencia. «Pedimos la revocatoria y la reestructuración de la Policía», exigieron.
La protesta se inició con piquetes de huelguistas quienes, bloqueando con piedras, bolsas, llantas y otros objetos las diferentes arterias de la ciudad, la avenida Circunvalación y además de los principales accesos a la ciudad como las salidas a Cusco, Arequipa y Huancané, esta última convocó a gran número de manifestantes.
Se sumaron la Organización de Transporte Urbano (Ordet), los comerciantes de algunos mercados como Túpac Amaru, San José, Vilcapaza, Mi Perú y otros que cerraron sus puertas. En tanto, los mototaxistas y vehículos particulares circulan de forma parcial.
Posteriormente los manifestantes se movilizaron por las diferentes arterias de la ciudad llegando hasta a la Plaza de Armas de Juliaca, desde donde exigieron la acción inmediata a las autoridades para combatir la inseguridad.
Además, demandaron la expulsión inmediata de extranjeros, acusados de pertenecer a organizaciones delictivas en la ciudad.