Atalanta, con un triplete de Ademola Lookman, se consagró campeón de la Europa League tras derrotar 3-0 a Bayer Leverkusen en el Aviva Stadium de la ciudad de Dublín. De esta manera, la Dea acabó con el invicto de 51 partidos del cuadro alemán y se resarció tras perder la final de Copa Italia ante Juventus.
El equipo alemán, que llegó a este partido invicto en toda la temporada, se vio sorprendido por el plan táctico del conjunto de Gian Piero Gasperini. Atalanta decidió presionar bien coordinado en la salida desde el comienzo, fue contundente e inteligente y nunca le dio oportunidades a Leverkusen.
La idea de Xabi Alonso no funcionó en Dublin. El DT español mantuvo su sistema 3-4-2-1 pero sin Victor Boniface como referencia clara de ataque. En su lugar ingresó Amine Adli, con el objetivo de presentar un ataque más flexible. Además, Stanisic jugó en el carril derecho y eso obligó a Frimpong a adelantarse. En el segundo tiempo, entró Boniface, pero la fisonomía del partido ya estaba clara, con el cuadro italiano como dominador claro.
Nada le sirvió a Leverkusen para hacerse dueño del partido. Los noventa minutos se jugaron al ritmo de Atalanta, que dominó por intensidad en la presión y por dinámica en todas líneas, con una gran tarea de los mediocampistas Ederson y Teun Koopmeiners y de los extremos David Zappacosta y Matteo Ruggeri.
Esa tónica de juego obligó a varios errores del conjunto alemán, tanto en la salida como a la hora del retroceso. El primer gol de Lookman, en el que superó a Exequiel Palacios, es una muestra de eso.
Gasperini le ganó con enorme autoridad el duelo de entrenadores a Alonso tanto desde el aspecto futbolístico como desde el anímico.