Los Carnavales de Puno 2024 llegaron a su fin con la tradicional quema del Ño Carnavalón, un muñeco que si bien parecía un arlequín, algunos lo vinculaban a una mutación de la presidenta de la República, Dina Boluarte con el premier Alberto Otárola.
La despedida de las fiestas carnestolendas se llevó a cabo con júbilo y algarabía, marcando el cierre de una serie de actividades festivas que llenaron de jolgorio y color a la ciudad de Puno, durante casi dos semanas de festejos por doquier.
«La Ciudad del Lago atrajo a miles de visitantes de todas partes del país. Las calles de la ciudad se llenaron de música, bailes y disfraces, creando un ambiente único», mencionó el alcalde Javier Ponce Roque.
Las actividades fueron coordinadas por la MPP, la Federación Regional de Tarkadas, Pinkilladas y Chacalladas (FRTPCH) y la Federación de Pandillas y Marinera Puneña (FEPAMP).
El programa de los Carnavales 2024 incluyó una serie de eventos culturales, como la elección de la Señorita Flor de Carnaval, el festival Renalio, un concierto en lenguas indígenas y originarias, la proyección de cine en lenguas originarias, y concursos de Tarkadas, Pinquilladas y Chacalladas.
Estas actividades permitieron que los artistas locales mostraran su talento y preservaran las tradiciones ancestrales de la región.
También se eligió a la Cholita Pandillera 2024, Gretel Quiñónez, representante de Tierra Mía.
Ayer hubo cortamontes en diferentes barrios y en la ciudad casi todos se empañaban de espuma, con algunos desmanes. El jolgorio era contagioso.