Arequipa requiere la construcción de cinco nuevas represas para las próximas tres décadas ante el crecimiento de la población, la agricultura y diversos servicios. Esta infraestructura demandaría una inversión que supera los S/ 300 millones, ya que solo en la provincia en temporada de lluvias se van al mar más de S/ 150 millones de metros cúbicos (m3) y a nivel regional más de 7.000 millones de m3 anualmente.
De acuerdo a Ronal Fernández Bravo, director de la Autoridad Administrativa del Agua Caplina Ocoña, actualmente en Arequipa hay 7 represas con una capacidad de almacenamiento de 410 millones de m3. Sin embargo, algunas presas presentan problemas.
Por ejemplo, en Aguada Blanca hay colmatación debido a que se depredó zonas cercanas a la infraestructura, específicamente arbustos para leña de panaderías, y eso supone que las lluvias arrastren algunos sedimentos hacia la represa.
Además, estos sedimentos no han sido limpiados desde 1990. No obstante, Ibáñez indica que parte de dichos sedimentos se descarga por la salida que tiene Charcani, que está más arriba de la represa. Empero, esto implica una pérdida de capacidad de almacenar casi 20 millones de m3 de agua.
Debido a ello y ante el inminente déficit hídrico que ocurriría en el futuro por el cambio climático, se requiere la construcción de una nueva represa más arriba de Aguada Blanca, que sería la presa de Sumbay, con una capacidad de 60 millones de m3. Así como otra en el río Yura, que ya está en estudios. Es la represa Casa Blanca, con 10 millones de m3. También la represa de Toma Grande, en Mollebaya, la de Andamayo, que se encuentra arriba de Chiguata, y la represa de Siguas.
En inversión, por ejemplo, la presa de Casa Blanca demandaría S/ 40 millones, S/ 27 millones para Toma Grande, S/ 40 millones en Andamayo y la represa de Sumbay con S/ 200 millones. Es decir, más de 300 millones.
La construcción de dichas infraestructuras podría demorar entre uno o dos años, tal como sucedió con la represa de Pillones, que demoró 2 años.