El mayor acto de corrupción de un funcionario público es trabajar para el Estado sin estar preparado para su puesto. Desde la presidenta hasta el señor o la señorita de limpieza deben estar preparados para sus respectivos cargos.
Cuando menciono estar preparado, me refiero no solo a aspectos técnicos, sino también al sentido de la responsabilidad. Quiero enfatizar que todo funcionario público está al servicio de todos los peruanos. Cuando un peruano necesita asistencia, el servidor encargado debe atenderlo, sin importar la hora o el momento, ya que esto es un acto de servidumbre hacia el pueblo peruano. Si no está dispuesto a cumplir con esta servidumbre, le insto, a cualquier funcionario, a renunciar y buscar empleo en otro lugar.
Llevo más de 10 años en el mercado de la innovación y tuve la oportunidad de conocer a la actual ministra de vivienda cuando era directora de innovación en una asociación reconocida. En ese entonces, me sorprendió descubrir que la señora no tenía conocimientos en innovación cuando nos reunimos hace varios años. Entendí que su posición en ese momento no estaba basada en mérito o conocimiento técnico.
Dada la situación actual de su ministerio, parece que la historia se repite. El reportaje de Willax destapó presunta corrupción en su gestión. Señora Dina Boluarte, con respeto y aprecio, solicito en nombre de todos los peruanos que la ministra de Vivienda deje su cargo, ya que presuntamente se beneficia del Estado en lugar de servir, como está juramentada a hacer.
Es fundamental recordar que todo servidor público está para SERVIR y NO para SERVIRSE. Estoy seguro de que usted comprende la importancia de esta responsabilidad.
Estimada Dina, la Constitución nos protege, y yo la apoyo, pero es crucial que ponga orden en su gobierno. La Constitución peruana ampara la desobediencia civil en su artículo 46, indicando que nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes violan la Constitución y las leyes al asumir funciones públicas. Según el reportaje de Willax, la ministra de Vivienda parece estar más interesada en SERVIRSE a sí misma que en gestionar su ministerio de manera competente.
Aunque Willax parece condenar la acción policial contra el reportero, considero que la responsabilidad recae directamente en la ministra y no en la policía que solo cumple órdenes.
Señora presidenta, no me malinterprete. El ser un servidor público no le disminuye, pero tampoco le otorga un estatus superior. No estoy promoviendo la desobediencia civil, pero en la situación actual de nuestro pueblo, no merecemos servidores públicos de baja calidad o para decir en buen peruano “gente de mierda”. No puedo ver a mis compatriotas en la miseria mientras una ministra se beneficia sola. No espere que los peruanos se queden de brazos cruzados, porque cuando los cholos actuamos, lo hacemos sin miedo y con determinación, parados y sin polo. Estoy seguro de que tomará las medidas adecuadas. Me despido presentando mis respetos, hasta mi próxima columna.
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Como siempre, esta columna llega a ustedes gracias a: Sin Fronteras y Cuentic.