Cada generación tiene distintas características en la que la juventud trata de marcar sus diferencias y separarse de los padres, en ello vemos comportamientos rebeldes o revolucionarios; pero cuál es la estrecha diferencia entre ser como los demás y crear una identidad incomparable.
Es difícil darnos cuenta cuánto influyen en nosotros los amigos, la música, la moda y ahora las redes sociales. Como me decía una madre en consulta: “qué difícil es competir con la voz de los amigos”.
Pero ahora ocurre algo que antes no pasaba, y es que los padres se proyectan demasiado en sus hijos, con frases como: “no quiero que pasen lo que yo pase de niño”, o no estableciendo límites y disciplina, dejan que los jóvenes tomen decisiones en base al consejo de sus congéneres, los cuales muchas veces no son los adecuados; hay un viejo refrán que cita: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
La experiencia nos ayuda a guiar a nuestros hijos en este mundo tan convulsionado, donde la trata de blancas, las drogas, el Internet y el sexo sin amor son las principales causas de dolor emocional en los nuestros; quisiéramos retroceder el tiempo y que vuelvan a ser los niños que antes obedecían a mamá y papá sin condicionamiento, pero autoanalicemos nuestro comportamiento como adultos, qué es más importante para nosotros.
Cuál es nuestra brújula interna, teniendo en cuenta que somos seres espirituales que moran de forma temporal este cuerpo que envejece, se enferma y muere. Por ello dedicar más tiempo a nuestro crecimiento espiritual nos ayudará a dar una mejor guía y ejemplo a nuestros hijos.
Eso no limita el hecho de dejar de lado la diversión, pero sí nos ayuda a poder disfrutar al máximo de momentos que sabemos que no volverán. Valora a los tuyos, da amor en forma incondicional y sirve al amar.
Con cariño te dejamos estos consejos tus amigos de Sumac Guagüitas S.R.L. ¡Te esperamos!
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