Aprovechando estas fiestas patrias, quiero contarles sobre Fermín Tangüis, un innovador cuya contribución a la agricultura peruana cambió el destino económico y social de nuestra nación.
A comienzos del siglo XX, Perú enfrentaba una difícil situación económica y social. La industria algodonera, que en ese momento era una de las principales fuentes de ingresos del país, estaba sumida en una profunda crisis debido a las plagas que devastaban los cultivos.
La economía se tambaleaba, y muchos peruanos se veían afectados por la falta de oportunidades y la pobreza.
En medio de esta adversidad, surgió Don Fermín Tangüis, un emprendedor audaz y apasionado por la agricultura. Con dedicación incansable, Tangüis se embarcó en una misión que cambiaría el rumbo de la historia peruana. Después de años de arduos experimentos en el valle de Pisco, finalmente logró desarrollar una variedad de algodón resistente a las enfermedades de esa época, el cual Don Fermín bautizó como “especial”. El nuevo algodón “especial”, como lo llamaba su creador, fue bautizado algodón Tangüis, a insistencia de los agricultores, a pesar de la oposición del propio Tangüis. Se trataba de una variedad que no sólo resistía la plaga del Cotton Wilt, sino que superaba al Egipto y al Mitafifi en producción unitaria; además, su fibra larga y gruesa tuvo gran demanda en hilanderías, ya que no se rompía y era fácil de ser manufacturada. Por último, su cultivo requería poca agua y era muy rústico, por lo que podía ser sembrado en lugares que antes no se consideraban aptos para el algodón.
Pero su verdadero acto de generosidad, de visión, comunidad, colaboración y sostenibilidad, radicó en su decisión de no vender la semilla, sino regalarla a los agricultores peruanos.
Este gesto altruista se convirtió en un verdadero punto de inflexión para la agricultura peruana. Gracias a la propagación del algodón Tangüis, los cultivos de algodón se revitalizaron, y la industria experimentó un renacimiento sin precedentes. Los agricultores, antes desalentados, encontraron en el algodón Tangüis una esperanza para sus familias y comunidades. La economía peruana se fortaleció, y el algodón Tangüis se convirtió en uno de los principales productos de exportación del país, atrayendo el interés de mercados internacionales.
El legado de Fermín Tangüis no solo reside en su innovación agrícola, sino también en sus valores como ser humano. Su generosidad y compromiso con el bienestar del Perú y sus conciudadanos lo convierten en un ejemplo a seguir. Su visión trascendió fronteras, y su impacto se sintió en cada rincón del Perú.
Como nación, debemos seguir su ejemplo de innovación, solidaridad y pasión por el progreso como una sola comunidad, un solo Perú, sin divisiones.
¡Felices Fiestas Patrias!