Un total de 320 centros comerciales de la ciudad anunciaron que no participarán de la protesta del próximo 19 de julio, para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y nuevas lecciones. Esto debido a que las ventas han caído en un 50% y tienen obligaciones bancarias que cumplir, así lo confirmó Hebert Peñaloza representante de la Cámara de Asociaciones de Centros Comerciales de Arequipa.
El dirigente aseguró que los más de 15 mil comerciantes de la provincia tomaron está decisión a raíz de que julio, es un mes donde las ventas incrementan porque los ciudadanos reciben dinero extra por el concepto de gratificación. En esta fecha los productos que más salen son los de línea blanca como cocina, lavadoras, etc, así como ropa y calzado e insumos del sector decorativo, que ofertan banderas, escarapelas, entre otros.
De no aprovechar estás ventas que son la antesala a las fiestas de Arequipa, dónde también se dinamiza la economía de los comercios, la última campaña que les quedaría para levantar sus ventas que están a un 50% son las fiestas de fin de año. No obstante, las ganancias de esta campaña serían insuficientes para cubrir las deudas que arrastran desde la pandemia y por las paralizaciones registradas a inicos de año.
El apoyo que brindarán los comerciantes de galerías y centros comerciales de Arequipa será la colocación de banderas negras y blancas a media asta, así como carteles en las entradas de los comercios y darán refrigerios a los protestantes.
TAXISTAS AREQUIPA
Otro gremio que tampoco participará de las protestas convocadas para el miércoles 19 de julio son los transportistas de carga pesada y la Federación Regional de Taxistas de Arequipa (Feretaxa).
De acuerdo al presidente del gremio, Alexander Cornejo, los más de 15 mil taxistas formales que circulan en la provincia continuarán ese día con sus labores normales debido a que están priorizando su economía.
Cornejo explicó que si bien los taxistas no están de acuerdo con el actual Gobierno ni el Congreso y solicitan la convocatoria de elecciones, lo peor para ellos ahora es dejar de trabajar porque la demanda de sus servicios se redujo hasta en un 40%.
A ello, se auna que lo peor para sus labores es que cada vez que hay paralizaciones bloquean las carreteras e impiden el paso de la cisternas que traen GLP a la ciudad. Este desabastecimiento genera que los grifos suban de precio y ellos disminuyan sus ganancias diarias.