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Atacó a su esposa con ladrillos y un serrucho

El maldito alcohol transformó a un padre cariñoso.

El maldito alcohol transformó a un padre cariñoso.

¡Alcohol y violencia! Brito B. Enríquez Paucar (40) se transformó en un ser agresivo y sin control tras tomar licor y, en consecuencia, intentó matar a su esposa de iniciales C.B.P. (28), a quien le cortó los dedos con un serrucho y por poco la mutila.

Enríquez Paucar ya se encuentra recluido en el penal “ex Capilla”, luego que el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria de San Román – Juliaca, dictó nueve meses de prisión preventiva en su contra por el presunto delito de tentativa de feminicidio.

AGRESIÓN

Los hechos sucedieron el jueves 8 de junio, en la vivienda ubicada en el jirón San Santiago de la urbanización Sol de Oro de la ciudad de Juliaca.

Aquel día, el investigado salió de su casa temprano y se embriagó con sus amigos por inmediaciones de la salida a Arequipa, a la altura del grifo “Los Pinos”. Horas después su esposa C.B.P. fue recogerlo porque el varón estaba con su mototaxi.

Según la víctima, ahí su pareja la insultó y le jaló de los cabellos. La mujer, tras zafarse de su agresor, se fue a su vivienda, sin imaginar que Brito la seguiría para descargar su furia; el padre de familia había perdido el control.

CASI LA MATA

Cuando el agresor llegó a su domicilio, golpeó a su mujer y le dijo: “Ahora sí, te voy a matar”. Es así que la golpeó e intentó quitarle la vida primero con un fierro de construcción, pero la agraviada se defendió.

Luego, el individuo cogió un ladrillo para golpearla, y otra vez se defiende, hasta que agarró un serrucho, pero la víctima alzó su mano para evitar su muerte, y en consecuencia sus dedos terminaron con cortes profundos; asimismo, Brito la estranguló pero la mujer pudo liberarse:

«No me mates, por favor, tenemos nuestras hijas», le suplicaba.

RESCATE

La mujer, con las manos heridas y golpeada escapó al techo de su vivienda y empezó a gritar pidiendo ayuda, hasta que la Policía y los serenos ingresaron a la casa con una escalera por el muro de su vecina, pues el hombre se negaba a abrir la puerta.

Cuando Brito recobró la razón, en su declaración Brito dijo que tomó por preocupación y temas económicos. Asimismo, pidió disculpas a su conviviente y sus tres hijas.

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