El INEI define a la pobreza como aquellas personas cuyos hogares tienen ingresos inferiores al costo de una canasta de bienes y servicios mínimos esenciales; es decir una pobreza monetaria.
Así, mientras que en 2021 la canasta familiar (considerando cuatro miembros) se estimaba en S/ 1,512, en 2022 esta fue de S/ 1,660, trayendo como consecuencia un aumento de la pobreza a nivel nacional de 25.9% en 2021, a 27.5% en 2022. Este resultado, que se ubica 7.3 puntos porcentuales (pp) por encima del nivel prepandemia, se debería a un menor dinamismo de nuestra economía, así como por el escenario de precios altos, lo que imposibilitó a más de 9 millones de peruanos a acceder a una canasta básica de consumo.
En lo que respecta al departamento de Arequipa, este se ubica entre los cinco departamentos con menor pobreza monetaria, con una tasa del 13.7%, 1.7 pp por encima de la tasa alcanzada en 2021, y 7.7 pp por encima del nivel prepandemia.
No obstante estos resultados, desde ComexPerú venimos promoviendo la visión de una pobreza multidimensional, sobre la cual se basen las políticas públicas para la atención del cierre de brechas sociales a nivel nacional. Así, una persona será pobre multidimensionalmente cuando no cuente con al menos un servicio básico que le asegure una calidad de vida digna, sea i) salud, ii) educación, o iii) condiciones de vivienda.
De nuestras estimaciones, en 2022, la pobreza multidimensional a nivel nacional fue de 35.8%; mientras que, en Arequipa, el 30.5% se encontró en esta condición. Es decir, 3 de cada 10 arequipeños es pobre multidimensionalmente, y no accede a servicios de calidad de salud, educación o condiciones de vivienda, como agua o saneamiento.
Es por ello que desde una visión integral sobre el impacto que deberían tener las políticas públicas en nuestro país, bien harían nuestras autoridades (Gobierno central, gobiernos regionales y municipalidades) en atender urgentemente las necesidades de la población en cuanto a brechas sociales de servicios.
Cambiemos el enfoque. No solo se trata de que las familias tengan mayores ingresos para solventar una canasta básica, sino también que cada vez destinen menos de sus ingresos para la atención de servicios y cuenten con una mejor calidad de vida.
*Gerente de Estudios Económicos de ComexPerú