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Cerro podría sepultar campamento

Debajo de las precarias casuchas están los socavones. Las grietas ya forman desnivel.

Debajo de las precarias casuchas están los socavones. Las grietas ya forman desnivel.

El centro minero de Ccapac Orcco, ubicado en el distrito de Limbani, podría ser epicentro de un desastre natural y ocasionar una tragedia de grandes magnitudes, inclusive mayor al saldo fatal registrado en Secocha (Arequipa) donde un alud arrastró unas 200 viviendas precarias y de material noble. (Allí fallecieron 36 mineros y al menos 8 desaparecieron).

La emergencia se inició en el mes de marzo, cuando moradores de la zona urbana del centro minero advirtieron rajaduras en el suelo y cimientos.

A los días estas se abrieron amenazantes y desde entonces se ensanchan imparables.

La primera semana de abril, los lugareños se reunieron para abordar la problemática ya que las rajaduras del terreno ponían en riesgo a más de medio centenar de familias, en su mayoría mineros. Aquel día acordaron no informar a las autoridades y paralizar las actividades en los socavones que se tienden debajo de las grietas. Eso tampoco ha sido asumido a rigor, dado que muchos se resisten a paralizar porque alegan que invirtieron demasiado.

A lo largo de Ccapac Orcco operan incesantes unos 3 mil mineros artesanales e ilegales, los que migraron desde La Rinconada (Ananea) debido a la prevalencia de constantes deslizamientos de socavones y porque el oro ha raleado.

Debido a la informalidad es que los mineros de Ccapac Orcco también convencieron a las autoridades de Limbani para que no reporten la emergencia al Indeci ni al Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER).

Sin Fronteras estuvo en esa peligrosa zona, y pudo corroborar el riesgo de un eventual desastre natural. Las grietas se han ensanchado y extendido por doquier.

Actualmente han partido muchas viviendas y algunas se aprecian dividiendo las calles.

El único colegio primario y secundario «Geomin», de la localidad, también es amenazado, por lo que las madres exigen que una comitiva de Defensa Civil intervenga de inmediato.

«No queremos llorar a nuestros hijos y esposos, si es necesario que vengan, deben parar todos los socavones, a diario se sienten explosiones y los agujeros crecen cada vez más», sostiene una mujer que dijo ser de la Asociación Saytuma Ccapac Orcco.

Su compañera nos explicó que los días que se registraron torrenciales lluvias no podían dormir porque las grietas se ensanchaban.

«Parece una maldición del oro, los huecos están más gruesos, está por un lado de la escuela no quiero que pase nada a mi hijo», contó.

EVITAR EL DESASTRE

Si bien las enormes rajaduras en la tierra se yerguen sobre medio centenar de inmuebles, es probable que ante un desastre se multipliquen los daños y acontezca una desgracia de enormes proporciones.

ORO MALDITO

El campamento Ccapac Orcco se tiende en la falda del cerro que configura una beta de oro.

Desde hace una década han construido socavones por doquier, arriba y abajo.

La vorágine del oro ha cegado a sus autoridades que no perciben el peligro.

TIERRAS DE NADIE…

El jefe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional, Jhon Ccama Lipa, dijo que el Comité Distrital de Limbani no reporta tales incidencias a pesar que los ha solicitado constantemente.

«El alcalde tampoco nos responde. Nosotros podríamos ir a la zona a hacer una evaluación pero es muy difícil, por la informalidad… ni siquiera podemos volar drones porque los mineros pueden dispararle, manejan armas», dijo impotente, dejando entrever que Ccapac Orcco es inaccesible.

ZONA INVADIDA

Y es que esa zona aurífera fue invadida por mineros ilegales hace casi dos décadas. La concesión minera le pertenece a la empresa minera Los Queñuales S.A., los lugareños jamás les permitieron explotar.

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