Para aliviar el descontento justificado de la población no hace falta una ley ni mucho menos una nueva Constitución. Atender las urgencias pasa por un uso correcto de los recursos públicos.
En nuestro país, a fines de 2018, se estableció un cierre de brechas de servicios básicos de largo plazo hacia 2038. Desde ComexPerú elaboramos un seguimiento al avance en el cierre de brechas, que evidencia que múltiples sectores a nivel nacional retrocedieron, más aún en la etapa de pandemia. En el caso de Arequipa, resalta la caída en la cobertura de saneamiento urbano, medido con el porcentaje de la población con acceso a red de alcantarillado, que pasó de 94.9% a 90.7%, entre 2019 y 2021; el retroceso de agua urbano, medido por el porcentaje de la población con acceso a red pública en la vivienda, que pasó de 98.74% a 97.26%, entre 2019 y 2021; y la caída de número de TEUs (contenedor de 20 pies) movidos en los puertos, que pasaron de 17,438 a 11,794, entre 2019 y 2021.
Mientras que las mejoras más importantes del departamento se dieron en conexiones de internet, medido en número de suscripciones con una velocidad mínima, que pasaron de 137,171 a 171,142, entre 2019 y 2021; carreteras, medido en kilómetros (km) de vías pavimentadas, que pasaron de 2,542 km a 2,777 km; cobertura de agua rural, que pasó de 73.78% a 80.17%, entre 2019 y 2021; y saneamiento rural, que pasó de 54.94% a 59.82%, entre 2019 y 2021.
Los resultados en agua y saneamiento deben de llamar la atención en la población arequipeña, más aún en sus autoridades. Según el Plan Nacional de Saneamiento 2022-2026 y la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales 2021, Arequipa aún está lejos de sus metas de cobertura para el año 2025.
Por ejemplo, en lo que respecta a cobertura de agua urbano, la meta es del 100%; mientras que, para saneamiento rural, es del 70%. El gobierno regional y la municipalidades tienen trabajo por delante. 2025 está a la vuelta de la esquina y brindar servicios de calidad para la mayor parte de su población es su responsabilidad.
