Las cuencas ganaderas de la región Puno envían a Lima cerca del 30% de la carne que allí se consume. Los animales en su mayoría son llevados vivos y en camales de la capital los sacrifican. Estos también mueven gran parte de la industria de derivados, como embutidos y alimentos balanceados.
Ayer los comuneros aymaras de la zona sur, amenazaron con cortar esta dotación , según indican para que los limeños coman arroz, fideos y pollo.
«No vamos a mandar a Lima ni una lonja de carne, a ver si así nos siguen despreciando. Nos llaman terroristas, ¿qué se creen? ¿Han golpeado a nuestros hermanos en Lima y todavía les vamos a dar para que coman sabroso?», enfatizó doña Julia, una comunera de Acora, ayer durante el inicio de la tercera semana del reinicio de la paralización indefinida.
Los manifestantes protestan exigiendo la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, cierre del Congreso, elecciones de emergencia y la inclusión en esta de una cartilla del referéndum para la Asamblea Constituyente.
La mujer es natal de una de las principales cuencas carniceras que abastecen de carne a la capital, y ahora que se casó con un comunero de Pichacani (Laraqueri), cría sus animales en esa parte del altiplano aymara.
Acora limita con Ilave donde se registró la última represión policial que terminó con el asesinato de Isidro Arcata Mamani (62) y dejó 14 heridos y 4 graves. Esta provincial es el principal enclave nacional que inunda con sus cabezas de ganado vacuno los camales de Lima, en especial el camal de Yerbateros.
La industria cárnica de Lima también se abastece de las cuencas del norte de la región como Taraco y Melgar, y según refiere la mujer, vienen coordinando para adoptar una medida similar.
Doña Julia asegura que las cuencas ganaderas de Ilave, Acora, Taraco, Melgar, ya no enviarían carne a la capital además de otros productos que se cultivan en el altiplano.
Tildó de traidora y otros adjetivos a la presidenta Dina Boluarte, y fustigó al premier Alberto Otárola, los congresistas como Jorge Montoya y otros de la ‘derecha’.
«La Dina tiene que renunciar, qué se habrá creído, el pueblo la repudia… no vamos a enviar ni una papa, los corruptos de Lima se van a morir de hambre. Nuestra quinua y nuestros cereales, nada vamos a enviar», advirtió.