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Qollasuyo por la paz: No a las protestas violentas

Pueblo polarizado: Unos quieren la paz, otros el paro.

Pueblo polarizado: Unos quieren la paz, otros el paro.

Un grupo de puneños salieron a las calles para invocar que el paro indefinido que reinicia hoy sea pacífico y se permita las actividades comerciales, servicios e instituciones. Entre los manifestantes habían comerciantes, empresarios, profesionales y otros ciudadanos. Tal como se anunció en la víspera, no participaron policías.

El presidente de la Cámara de Comercio y la Producción de Puno, Francisco Aquise, dejó en claro que la movilización no es defensa ni en contra de nadie, ni menos de apoyo al gobierno de Dina Boluarte ni al desprestigiado Congreso de la República.

Expresó su respeto a las protestas, siempre y cuando estas sean pacíficas y no perturben el orden público.

MILLONARIAS PÉRDIDAS

Estimó que las luchas sociales y bloqueos carreteros, «generan una pérdida de 250 mil soles, considerando que estamos en temporada baja de turismo», e invocó a no generar disturbios que son los que ahuyentan el turismo.

QOLLASUYO A LA PAZ

Los conocidos empresarios y otros profesionales, portaban enormes banderolas y banderillas con las palabras «Qollasuyo por la Paz», y se apostaron en las gradas del Atrio de la Catedral de Puno.

INTOLERANCIA

Un grupo de pobladores que se mostraban de acuerdo con el reinicio del paro desde hoy, expresaban su enojo y por momento los insultaban.

Precisamente esa intolerancia es la que evidenció el empresario Oscar Peña Díaz, quien aclaró que no están contra la paralización sino contra los actos de vandalismo, bloqueos y atentados a los comercios. Refirió que actualmente los restaurantes -su rama-, tienen grandes pérdidas ya que paradójicamente, el sector empresarial provee de trabajo formal a los puneños.

A su turno, Uliana Zegarra, quien regenta una agencia de viajes, precisó que por esta crisis social, no hay turistas. Su movimiento es nulo.

TENSIÓN

Al promediar las 17:30 horas comenzaron a caldearse los ánimos entre los grupos. Los insultos por parte de algunos promotores del paro se hicieron más agresivos, y trababan de expulsarlos de la Plaza de Armas, aduciendo que eran «vendidos», «fujimoristas» e infiltrados. Dos contingentes de la Policía vigilaban que no haya enfrentamientos.

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