Fueron compradas como mercancía, violadas, golpeadas, e incluso una está viva de milagro, luego de que sus captores la mandaran a matar. Este es el relato de dos venezolanas que sobrevivieron a la explotación sexual a través de la organización criminal «Los Gallegos», que aparentemente seguiría operando debido a que parte de sus integrantes continuarían en libertad.
Las víctimas contaron que salieron de su país en busca de un mejor futuro, pero tras llegar a Perú su vida se convirtió en un auténtico viacrucis, y más tarde en un infierno.
SOLO TENÍA 13 AÑOS
«Llegué a Lima y un varón de unos 35 años a quien le decían Miyagui me dijo que subiera a un camión, que me iba a probar el pulso, para saber si servía para el trabajo. Ese día me violó frente a otro sujeto», fue lo que narró una menor de 13 años que logró escapar de la organización criminal.
La menor contó que supuestamente iba a trabajar en una peluquería, pero nada fue cierto; es más, tras llegar ya tenía una deuda de S/15 mil con sus captores. La adolescente tenía que trabajar desde las 14 horas hasta las 2 horas del día siguiente.
Además, si tenía algún cliente en la mañana, tenía que estar lista para acudir a la cita o de lo contrario la golpeaban y la multaban, incrementándose su deuda.
Para que la menor trabajara sin problemas, le dieron una cédula falsa donde supuestamente tenía 19 años. Pese a que pedía ayuda a sus clientes, nunca la escucharon.
LA MANDARON A MATAR
Fue captada por Facebook para vender ropa. Sin embargo, desde que llegó a Mollendo la empezaron a prostituir. «Un día llamaron a Dayana y minutos después alistamos todas nuestras cosas. La Policía había intervenido el local», contó la joven.
Félix Ramón Mayz, alias ‘Felito’, fue quien la habría mandado a matar tras acusarla de soplona. Los sujetos encargados de eliminarla serían Carlos Villarro Soto y un sujeto apodado «La rata». Ambos la llevaron a un descampado donde le dispararon en el cuello, y tras creerla muerta la dejaron.
La organización criminal, por media hora cobraba S/150, la hora S/200, y amanecidas S/700; todo el dinero se lo quedaba la organización criminal.
Se supo que «Los Gallegos» compraban a las menores por $ 500. Previamente hacían una selección y el dinero lo enviaban a los asesores (venezolanos), encargados de captar a las jovencitas para prostituirlas.