Cuando la Policía halló el cadáver de Inés Huacho Mendoza (26) el pasado 16 de noviembre en una vivienda ubicada en la calle República del distrito de Cayarani, provincia de Condesuyos, creyeron que se trataba de un accidente por caída.
Sin embargo, tras una exhaustiva investigación por parte de los detectives del área de Homicidios de la Divincri se llegó a la conclusión que se trata de un feminicidio. La joven madre de familia era sometida y tenía prohibido conversar con sus familiares.
LOS HECHOS
El ganadero Sebastián Huamaní Mendoza (41) aseguró que nunca golpeó a su conviviente y que Inés Huacho murió tras caer debido a que sufría de epilepsia. Sin embargo, su coartada quedó descartada luego de que se confirmara que la mujer nunca sufrió tal enfermedad.
Además, de haber caído como aseguro el ganadero la mujer tendría que tener lesiones en la lengua. Tras las investigaciones se supo que el ganadero golpeaba a su conviviente, no la dejaba salir y mucho menos podía conversar con sus familiares.
Aquel día el varón golpeó a la madre de familia y de un puñete en el ojo derecho le hizo caer al suelo, ocasionándole lesiones en la cabeza, provocando convulsiones. El varón la dejó morir debido a que no intentó auxiliarla. Además, se halló varias lesiones antiguas en su cuerpo.