Todos los años miles de personas conmemoran a todos los fieles difuntos, sin embargo, previo a esta actividad que se denomina “Día de Todos los Santos”, que se desarrolla el 2 de noviembre, existe un gran esfuerzo que mezcla la creatividad, lealtad, música y tristeza en un solo escenario pospandémico.
Pese a que la pandemia limitó esta actividad por dos años, el recuerdo a nuestros seres queridos no se ha visto mermado. Ahora, con las restricciones concluidas por el Estado, el cementerio de Yanamayo (Puno) es escenario de una las principales tradiciones, que es la visita a las tumbas de nuestros seres queridos con ofrendas que van desde arreglos florales hasta pequeñas artesanías creativas y hasta recicladas.
Un ejemplo a seguir es el de la comerciante Susana Ayma Cruz, quien ha criado a sus cuatro hijos elaborando y vendiendo pequeñas artesanías que consisten en ofrendas del producto que más le ha gustado a nuestro ser querido en vida. Como la cerveza, gaseosas, ron, agua, etc.
“Yo he vendido por 20 años estos productos, antes solo éramos pocos, ahora ya hay varios, en nuestras familias siempre hemos tenido seres queridos que en vida les ha gustado tomarse sus cervezas o quizás gaseosa u otra cosa y por eso la gente compra estos trabajos en miniatura y se pueda conservar por mucho más tiempo”, relató.
CREATIVIDAD Y RECICLAJE
El puneño por naturaleza es emprendedor y esto lo sabe muy bien Pedro Zapata, quien por 5 años se ha dedicado a reciclar botellas de plástico para convertirlos en floreros que luego los vende a precios que varían desde un sol hasta 5 soles.
Los niños también son cómplices de esta saludable actividad, vendiendo botellas y bidones reciclados provistos de agua que una persona adquiere para luego no sufrir en búsqueda de la misma.
«Hace 5 años que vengo realizando este trabajo que ha motivado a otros jóvenes y hasta niños, quienes han visto una oportunidad de ganarse algún dinero reciclando y evitando contaminar. Cada vez son más las personas que prefieren comprar este tipo de productos», expresó Pedro Zapata.
MÚSICA Y ESFUERZO
Como la capital del folklore peruano, la música es infaltable. Según el músico invidente Rhonal Vilca Mendoza, el género musical del huayño es el predilecto por los asistentes.
“En todo lo que es huayños del recuerdo como gorrioncito, profesorita, águila negra, panteonero, o 25 años, son unos de los temas más pedidos por la gente ya que esta música nos acerca más a nuestros seres queridos, sin embargo, también piden música latinoamericana o boleros”, relató.
De esta manera se vive la previa de una de las actividades que conecta el mundo de los vivos con el «más allá».