Durante su primer año de vida los niños deben acudir a los establecimientos de salud para recibir las vacunas correspondientes del esquema nacional que los protegerán contra las formas graves de once enfermedades.
La vacunación se inicia en el recién nacido, que recibe la vacuna HVB (RN) contra la hepatitis B y la BCG (RN) contra la tuberculosis meníngea.
Luego, a los dos meses de vida, se aplican las primeras dosis de las vacunas pentavalente, que protege al menor de la hepatitis B, tétanos, tos convulsiva, haemophilus tipo B y difteria; IPV, contra la poliomelitis; antineumocócica, contra la neumonía, meningitis y otitis media; y rotavirus, contra la diarrea grave.
A los cuatro meses de edad el niño recibe la segunda dosis de las vacunas aplicadas a los dos meses, mientras que a los seis meses se administra, además de la tercera dosis de las vacunas pentavalente y APO (antipolio), la primera dosis de la vacuna contra la influenza A (H1N1), influenza A (H3N2) e influenza por virus tipo B, misma que será reforzada con una segunda dosis a los siete meses de edad.