¡Mentiroso! Yhony Iván Mendoza Amanque (33), el asesino confeso de la contadora Vanesa Bernedo Miranda (31), dio una y otra versión a la Policía aparentemente con el propósito de reducir su condena.
En su primera declaración ante la Policía y ante los medios de comunicación Yhony dijo que sí tenía una relación sentimental clandestina con su víctima y que se arrepentía del crimen que cometió.
Sin embargo, al participar en la reconstrucción de los hechos, y al ser interrogado nuevamente por un medio de comunicación, negó la relación sentimental para no ser investigado por el delito de feminicidio, pues la condena por feminicidio es más severa que por el delito de homicidio, incluso puede recibir cadena perpetua.
INVESTIGACIÓN
Tras las investigaciones del Areincri PNP, poco a poco se va desglosando la verdad, pues según la Policía, la prueba de luminol realizada al asesino y a su pareja Griselia Yrene Gonzales Andaluz (33), arrojó positivo a sangre humana para los dos; ambos tenían sangre en las manos y en el rostro.
Por lo que toma fuerza la hipótesis de que Griselia sí sabía del plan maquiavélico que tenía su pareja Yhony, y participó en el plan. Yhony usó un desarmador para apuñalar a Vanesa.
Asimismo, los dos quemaron parte de las pertenencias de la víctima en la salida a Cusco, y la placa de rodaje de la motocicleta de la analista de crédito fue arrojada a un desagüe entre la avenida Universal con el jirón Tumbes, y la moto fue dejada en un taller mecánico.
Por su parte, el Ministerio Público informó que la Fiscalía solicitó nueve meses de prisión preventiva para el homicida por el delito de secuestro agravado con subsecuente muerte.
ÚLTIMO ADIÓS
En medio del dolor y lágrimas, los restos de la contadora fueron despedidos ayer en el cementerio “La Capilla”, donde sus familiares aún continúan pidiendo justicia, y a la vez indicando lo siguiente: “Lo dejaremos todo en mano de Dios, y que paguen todos los involucrados”.
Antes de la despedida, hicieron un plantón con el féretro frente a la Cooperativa San Román del jirón Calixto Aréstegui donde trabajaba Vanesa, pues solicitaban una indemnización económica que les habían prometido.