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Madres, ejemplos de amor y sacrificio

Madres que sacrifican su día porque hay que trabajar.

Madres que sacrifican su día porque hay que trabajar.

Hoy, segundo domingo de mayo, celebramos el Día de la Madre, cada una de ellas tiene una gran historia que contarnos, por ello hoy conoceremos un poco más de Mery, Rosa, Olga y Alicia, madres que seguramente alguna vez hemos visto en la calle o mercados.

TRABAJAN EN SU DÍA

Cada día estas madres enfrentan diversos problemas por las pocas ventas que tienen y porque el costo de vida ha aumentado radicalmente. Su preocupación es diaria, pero ellas no descansarán para que a sus hijos no les falte nada, ellas podrán llorar muchas veces pero no dejarán que sus hijos las vean tristes porque en su corazón solo hay amor para dar.

Mery es vendedora de verduras en el mercado Unión y Dignidad, muchas veces no vende nada durante el día por lo que los fines de semana se va a otra feria a vender sus verduras. “Para conservar a mis clientes tengo que rebajar mis precios; además tengo que ir yo misma a Arequipa y traer mis verduras porque aquí nos venden muy caro, solo de esa manera puedo ganar alguito”.

Rosa Mamani es zapatera del mismo mercado, tiene 3 hijos en el colegio y un pequeño en el jardín, tiene muy pocos clientes porque no todos han regresado a la presencialidad. “Tengo que hacer otros trabajos, a veces me voy al campo y ayudo a cosechar papas, quinua, habas, voy a ayudar así y de eso puedo tener un poquito más de dinero para mis hijos”.

Olga Ventura, vendedora de gelatinas en el Jr. Oquendo, nos cuenta que antes ella no trabajaba, se dedicaba a las labores del hogar y su esposo mototaxiaba. “Mi esposo se ha ido al cielo el 25 de mayo del año pasado, yo estoy muy triste, aún así ahora me toca salir a trabajar para poder alimentar a mis hijos, ahora yo soy padre y madre de mis hijos”.

Alicia Lujano es vendedora de salteñas en el Parque Pino, ella es invidente y se dedica a este negocio desde hace 3 semanas, tiene un hijo el cual le fue arrebatado por su pareja cuando ella vivía en Tacna; este año ella regresó por su hijo ya que este fue maltratado física y psicológicamente por la nueva pareja de su esposo y uno de sus sobrinos. La custodia de su hijo se la dieron al padre, pero el niño se escapó donde su mamá. “Él no quiere vivir con su papá por eso está viviendo conmigo. Yo me vine de Tacna solo por mi hijo, este año va a terminar la primaria y después me lo llevaré a Tacna conmigo. Aquí la vida es muy difícil, se aprovechan de mí porque soy invidente y hay pocas oportunidades de trabajo”. Ella pide a las autoridades que se les dé más oportunidades y facilidades a las personas discapacitadas. “Nosotros queremos trabajar, pero no tenemos muchas oportunidades.

El Serenazgo nos bota y me tengo que ir, las otras vendedoras se escapan cuando los ven pero como yo no veo…”.
Hoy, en el Día de la Madre, Alicia saldrá a trabajar como cualquier día; “para mí ya no hay Día de la Madre, la necesidad me obliga a trabajar, me gustaría estar en la casa y cocinar algo rico, pero no puedo, tengo que salir a trabajar”.

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