Rusia. Se agrava la crisis en Ucrania, luego que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el reconocimiento de la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y de Lugansk, (este de Ucrania). El territorio denominado «Donbás» es desde 2014 la manzana de la discordia entre Rusia y Ucrania, dos países a punto de entrar en guerra.
Este conflicto agudizó una tensión sin precedentes en Europa con la concentración de más de cien mil soldados en la frontera con Ucrania, en la que Rusia apoyó hace ocho años la sublevación armada que condujo a la guerra entre los rebeldes y Kiev.
El Donbás, zona conocida históricamente por sus minas de carbón, es una región limítrofe con Rusia y que está poblada en su mayoría por rusoparlantes desde la creación de la Unión Soviética.
Este territorio vive un conflicto armado desde abril de 2014 entre las milicias prorrusas y el Ejército ucraniano, que, según la ONU, ha causado más de 14.000 muertos en ambos bandos, tanto militares como civiles.
El conflicto, que se ha recrudecido en estos últimos días, por ataques a Donbás, sobre todo a zonas civiles. Esto provocó que miles de pobladores huyan en convoys a Rusia, quien se ha reservado a ‘responder’.
La tensión se agrava porque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dice que la probabilidad de una invasión rusa es «muy alta», lo cual repiten sus pares en Europa y la OTAN, esta última la causa de las tensiones entre Rusia y Occidente.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, respondió las declaraciones de Putin, convocando al Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, y clamó una reunión «inmediata» del Consejo de Seguridad de la ONU ante una invasión rusa.
La ONU pidió a «todos los interesados abstenerse de cualquier decisión o acción unilateral».