En una aparente venganza, un presunto proxeneta hirió a balazos al barbero Roger Ccari A. (43) cuando se encontraba en la barbería «Barber R93», ubicada en la tercera cuadra de la avenida Andrés Avelino Cáceres (José Luis Bustamante y Rivero).
Aparentemente, al agresión ocurrió tras una gresca entre comerciantes y trabajadoras sexuales que se apoderaron de las avenidas aledañas al terminal terrestre de Arequipa para convertirlas en burdel.
Fue al promediar las 5 de la tarde del último martes que Beatriz, una comerciante de la zona, empezó a reclamarle a una extranjera por retener y espantar a los clientes que solían transitar por esta zona. La extranjera la insultó, iniciándose así una gresca entre ambas mujeres. Sus compatriotas, al ver lo ocurrido, salieron en defensa de la venezolana; lo mismo ocurrió con los comerciantes de la zona. Entonces, Róger Ccari desalojó a las trabajadoras sexuales, que amenazaron con vengarse.
Tres horas después, un auto de color azul se estacionó frente a la barbería; en la unidad también había una mujer. Del carro se bajó un sujeto, que ingresó al local y se acercó a Róger Ccari para dispararle tres veces. Dos balas le impactaron en el tórax y el brazo.
El pistolero (caficho o proxeneta) escapó en el mismo vehículo.
El barbero fue llevado al hospital Honorio Delgado Espinoza. Las investigaciones las realizan los agentes del área de Homicidios de la Divincri.
MIEDO
Los comerciantes de la zona manifestaron que temen por su vida debido a que constantemente son amenazados por las meretrices que se están apoderando de los exteriores de sus establecimientos. «Les pidió que se retiren y nos amenazan de muerte”, dijo una comerciante que se negó a identificarse por miedo a las represalias.
PROSTITUCIÓN
Según la información brindada por los ciudadanos que habitan en la zona, las mujeres cobran entre 90 y 150 soles el servicio sexual durante media hora y una hora, respectivamente. La red trabajaría con tres hostales de la zona, adonde acuden los parroquianos con las mujeres para recibir el servicio; algunos aseguran que al lugar también acuden personas pudientes, quienes luego de acordar el precio se llevan a las extranjeras en sus vehículos.