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Novela del feminicidio aún no acaba…

Ronderos trasladan al asesino y su amante, para entregarlos pero no se concretó.

Ronderos trasladan al asesino y su amante, para entregarlos pero no se concretó.

Carabaya. Las rondas campesinas tenían previsto entregar al confeso feminicida de la selva puneña, pero esto no se concretó ayer. Richard García Chislla (31) había pagado a su compañero Juvenal Uchicua Omente (27) para dar muerte a su mujer Rosa Mendoza Cazza (33). El sujeto fue detenido días atrás por los ronderos, confesando el crimen. Su cómplice y otros dos encapuchados, están prófugos.

El criminal fue paseado al lado de Agustina Sucapuca Mamani, su amante, y quien lo habría inducido al atroz asesinato. Ambos pasaron por la denominada «cadena ronderil» por diez días. En cada pueblo de la selva puneña confesó descabelladamente que su cónyuge y madre de sus dos hijos fue abatida de disparos en la cabeza y que le cercenaron el cuerpo, cortaron su cabeza, arrancaron su corazón y otras partes para luego quemarla.

CRUDA CONFESIÓN

Sin Fronteras ayer entrevistó al feminicida y este sin mayor reparo narró que llevó a su víctima al sector de Tantamayo con la excusa de vender hoja de coca, donde fue ultimada por su amigo.

«Acepto que cometí un error, lo lamento, acepto todo el peso de la ley porque yo soy culpable», dijo con frialdad.

Primero aceptó que merecía la máxima sanción, quizás cadena perpetua, pero luego pidió «justicia para mí, que no sea tan drástica, que no me den muchos años en la cárcel».

COCALERO

Él y su mujer se dedicaban al cultivo y venta de hoja de coca y a la minería informal, actividades con las que amasó capital, tanto así como para construir dos casas en la selva, una de dos piso y otra de tres pisos con varias habitaciones.

PIDIÓ POR SUS HIJOS

El asesino confeso y con sollozos pidió que dejen de difundir la cadena ronderil ya que están traumando a sus menores hijos; asimismo solicitó que las rondas campesinas velen por sus hijos de 11 y 4 años.

También mencionó que él deja una casa de tres pisos en el sector de Ollachea que su esposa construyó, la que esta alquilada a diez personas, la que produce un ingreso de un mil 200 soles mensuales.

LÍOS CON SU AMANTE

García Chislla dijo que no mentía y que en el 2019 su finada exmujer y su amante tuvieron problemas y que las rondas campesinas mediaron. Le impusieron el pago de 4 mil soles y que Sucapuca Mamani debió irse de Ollachea, pero hicieron caso omiso.

Prosiguió que siguieron con la prohibida relación y que por no dejar a su esposa, la amante le quemó una casa de dos pisos en noviembre del 2021. Dijo que lo hizo por dos veces e insistió que ella le conminó en agosto del año pasado, o que la mate a su esposa o que solucione a buenas.

Justificó que el atentado fue por una supuesta deuda de 4 mil soles para la compra de una chacra de cultivo de coca.

LOS HUÉRFANOS

El presidente de la ronda provincial, Walter Churata Morocco, señaló que viajó a Ollachea junto con el representante de la Defensoría Municipal del Niño, Niña y Adolescente (Demuna) de Carabaya, donde determinaron que los huérfanos queden en custodia de Julia Mendoza Ccazza, hermana de la víctima.

SE ROMPE DIÁLOGO

Ayer al promediar las 14:00 horas los ronderos llevaron a los inculpados del feminicidio al frontis del Ministerio Público para realizar la entrega. El fiscal de turno, Johan Pomari Orozco, no se puso de acuerdo con los ronderos.

Señalaron que la resolución fiscal no estaba de acuerdo a la confesión de Richard García y que habían serios errores, por lo que los dirigentes ronderiles dijeron que se lo llevarían y que comunicarían a la presidencia de la Junta de Fiscales de Puno.

MÁS EXPOSICIÓN

Los comuneros cuestionaron que al no producirse la recepción debida, los retenidos pasarán a la cadena ronderil provincial, es decir los llevarían a Azángaro o Melgar.

BUSCAN A JUVENAL

Churata Morocco señaló que coordinaron con las rondas campesinas Apurímac y Madre de Dios, para ubicar a Juvenal Uchicua. Aún se desconoce la identidad de los dos encapuchados que participaron en el execrable crimen.

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