Era una escena de terror. Las paredes estaban cubiertas de sangre y sobre el piso yacía el cuerpo del suboficial de segunda PNP Hólger Zegarra V. (33), a quien se le halló con un disparo en la cabeza. Aparentemente se quitó la vida tras golpear a su conviviente.
La noche del lunes, una llamada telefónica alertó a los efectivos de la central de Emergencia, quienes acudieron hasta el inmueble ubicado en la urbanización La Alborada (José Luis Bustamante y Rivero). Ahí encontraron al policía sin vida.
LOS HECHOS
De acuerdo a las investigaciones, el efectivo llegó molesto a su vivienda por un problema que tuvo en la comisaría de Ciudad Blanca, donde laboraba. Luego su pareja, quien llevaba en brazos a su bebé de 10 meses, le preguntó qué le había pasado. Y sin motivo empezó a golpearla, haciéndole caer al suelo. La mujer gritó, y los familiares del efectivo policial que viven en el segundo piso del inmueble subieron a auxiliarla. Fue en ese momento que Hólger Zegarra les pidió que lo dejen solo. Y segundos después escucharon un disparo. Al lugar llegaron los bomberos, quienes certificaron el deceso.
Se supo que el agente del orden en diciembre del 2019 fue sometido a una intervención quirúrgica por presentar un tumor cerebral. Sin embargo, a raíz de la operación, sus dolores de cabeza se incrementaron. «Yo voy a ser el papá que nunca tuve. Temo dejarlas», es lo que siempre decía el suboficial debido a sus fuertes dolores de cabeza.
Pese a estos dolores, el policía seguía laborando. «Tomaba hasta 5 pastillas por día para controlar sus síntomas», contó su pareja.
Los detectives manifestaron que según las primeras diligencias, se trataría de un suicidio. Sin embargo, se continúa con las investigaciones.