El patio de su casa se convirtió en una improvisada sala de parto para Francisca Mancha, de 39 años; además, tuvo que ser asistida por dos suboficiales de la comisaría de Zamácola para dar a luz a su bebé.
Eran aproximadamente las 2:30 horas de ayer cuando Arturo Copara, de 42 años, esposo de Francisca, pidió ayuda a la central de emergencia. Al llamado acudieron los suboficiales PNP Juan Robinson Vilca Tacuri y David Valle Navarrete, quienes de inmediato intentaron trasladar a la mujer a un hospital. Sin embargo, Francisca tenía fuertes contracciones, y cuando se disponía a salir de su vivienda, en la Asociación Carlos Baca Flor, distrito de Cerro Colorado, sintió un dolor que le impidió seguir moviéndose; a los pocos segundos se le rompió la fuente y al no poder avanzar el suboficial PNP Juan Vilca tuvo que realizar la tarea de partero.
La labor de parto se complicó porque en el lugar no había luz. Sin embargo, los efectivos ya tenían experiencia en estos casos, por lo que procedieron ayudar a la joven madre y traer a su bebé al mundo. Tras cortar con sumo cuidado el cordón umbilical, envolvieron al bebé en el pantalón de la mujer para luego proceder al traslado de la madre y su recién nacida al Centro de Salud Maritza Campos Díaz para su respectiva atención médica.
Los efectivos, tras salir de la vivienda, fueron ovacionados por los vecinos, quienes salieron de sus viviendas tras escuchar los quejidos de la mujer, así como el llanto de Luz Esperanza.
Se supo que la mujer es madre por segunda vez y le dio ese nombre a su recién nacida por nacer en medio de la oscuridad y de la nada.
La mujer y su bebé se encuentran estables y agradecieron a los efectivos del orden por ayudar a nacer a Luz Esperanza.