Un padre de familia quedó al borde de la muerte tras ser atacado salvajemente por dos sujetos en el sector Pajchani del distrito de Alto Inambari, de la provincia de Sandia.
La víctima de la brutal agresión fue atacada con palos y luego con una piedra en la cabeza.
El hecho ocurrió el pasado lunes 18 de octubre, cuyos agresores serían los hermanos Jaime Cansaya Ccallo y Orestes Cansaya Ccallo.
Aquel día sangriento, ellos fueron encontrados con la ropa manchada de sangre presumiblemente de la víctima.
VÍCTIMA
El padre de familia fue identificado como Abdul Apaza Ccari (55), ese día yacía inconsciente, tirado en la orilla del río de ese sector por las rondas campesinas. Sus agresores lo creyeron muerto.
Según la información extraoficial, los sujetos tras masacrar a don Abdul al parecer quisieron desaparecerlo arrojándolo al río, pero su plan falló porque fueron sorprendidos por los ronderos.
El herido fue llevado al Centro de Salud, sin embargo, por su grave estado de salud lo transfirieron al hospital Carlos Monge Medrano de la Ciudad de Juliaca, en donde lucha para sobrevivir.
EVIDENCIAS
En la vivienda de los hermanos los pobladores, mediante el libro de actas, señalan haber encontrado rastros de sangre entre sus pertenencias y sus prendas de vestir; los polos tendrían sangre.
PEDÍA GARANTÍAS
Don Abdul Apaza recibía amenazas de muerte, por ello, el pasado 12 de abril, pidió garantías para su vida ante el subprefecto de la provincia de Sandia, acusando en ese entonces a Jaime Cansaya Ccallo, de ir a su domicilio y de amenazarlo con un machete en la mano.
“¡Sal! ¡Te voy a matar! ¡Te voy a desaparecer!, le dijo.
Pero esa vez, los llantos de miedo de Ángela, Alex, y Abigail, hijos del agraviado, hizo que Jaime se vaya.
No obstante, las autoridades no le hicieron caso y no atendieron su pedido para que le otorguen garantías personales.
PIDEN JUSTICIA
La familia de la víctima ha mostrado su preocupación debido a que los hermanos sospechosos de este ataque, puedan ser liberados por parte de las autoridades competentes y vuelvan a cometer abusos contra la familia de don Abdul, por lo que solo exigen justicia y una máxima sanción en contra de los responsables, o en su defecto se atengan a la justicia de las rondas campesinas.