Abimael Guzmán Reinoso, de 86 años de edad, cabecilla de la organización terrorista Sendero Luminoso, falleció ayer, a un día de cumplir 29 años de su captura.
El deceso se produjo a las 6:40 horas, detalló la jefa del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), Susana Silva.
Según explicó, tras ello se activó el protocolo correspondiente, que implica una comunicación al Ministerio Público para corroborar el deceso y luego remitir el cuerpo a la morgue.
«En eso nos encontramos en este momento», informó Silva ayer en la mañana
Tras referir que las causas de la muerte las determinará la morgue en su informe, recordó que el interno presentó un deterioro en su salud desde el pasado 13 de julio. No quería ingerir alimentos y se resistía a ser atendido por personal médico.
Trascendió que, además de anemia y psoriasis, era notorio que Guzmán padecía un cuadro de depresión. “Ya he vivido, que pase lo que tenga que pasar”, le dijo el líder de Sendero Luminoso a una enfermera que lo atendió en su celda el lunes 19 de julio último.
Dicha condición, mencionó Silva, motivó que, luego de varios intentos fallidos, tuviera que ser trasladado a un centro hospitalario, lo cual se concretó el 20 de julio, para recibir atención geriátrica.
Indicó, además, que Guzmán recibió el alta médica el 5 agosto y desde entonces era monitoreado en el tópico del Centro de Reclusión de la Base Naval del Callao.
El jueves, dijo, se reportó que estaba débil y el viernes un médico del Ministerio de Salud lo atendió. Ayer estaba prevista una segunda atención.
Responsable de la muerte de unos 32 mil peruanos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Guzmán estaba recluido y cumplía cadena perpetua por terrorismo en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao.
CAPTURA
Alguna vez, Guzmán fue el hombre más buscado del Perú. El sábado 12 de setiembre de 1992 fue capturado, junto a otros integrantes de su cúpula terrorista, en una residencia en Surquillo, en Lima, gracias a un operativo comandado por el Grupo Especial de Inteligencia, GEIN, de la Dirección Contra del Terrorismo de la Policía Nacional del Perú.
Trece días después de esa captura, Guzmán fue presentado ante la prensa peruana e internacional enjaulado, vistiendo un traje a rayas y visiblemente derrotado, aunque gritando arengas.
Esa imagen representó el inicio de la pacificación del país y el final de una organización construida en torno al culto a la personalidad de su líder. Sus huestes lo llamaban Presidente Gonzalo y definían su pensamiento de izquierda extremista como “la cuarta espada del comunismo”, luego de Marx, Lenin y Mao. A él se le atribuye el diseño de los planes de asesinatos y masacres como parte de su estrategia armada contra el Estado y la sociedad. Quería tomar el poder a través de las armas.