Ayer sábado se cumplió un año, desde aquel sábado 4 de julio de 2020, en que cientos de comerciantes de la Feria Sabatina de la ciudad de Puno dejaran las primeras cuadras de la avenida El Sol y calles aledañas para trasladarse a la Explanada Romep, también conocida como plataforma Banchero Rossi.
El éxodo se produjo tras negociaciones con la Municipalidad Provincial de Puno (MPP), que el 29 de junio publicó la Ordenanza Municipal 062-2020, que prohibió el uso de vías públicas y espacios públicos, decisión ligada a la pandemia.
Este hecho se produjo de manera voluntaria y masiva, a pesar de un número menor de comerciantes que se oponían. La entonces presidenta de la Feria Sabatina, Silveria Yana Balcona, logró arrancar la promesa al alcalde, Martín Ticona Maquera, que el lugar donde los reubicarían contaría con los servicios y seguridad.
Esto suponía que ya no tomarían las calles y que previo cotejo del empadronamiento, los socios tendrían un lugar permanente para vender sus productos.
ÉXODO TRAS 37 AÑOS
Luego de permanecer en la avenida El Sol más de 37 años, aquel sábado 4 de julio, Yana Balcona dirigió a sus asociados -entonces dijo que eran 650-, hacia una pampa de tierra. Ese día y los siguientes sábados, protestaron, ya que el polvo malograba sus mercaderías; entonces amenazaron con retomar las calles.
El hecho se frustró con el uso de la fuerza de serenos y policías que usaron bombas lacrimógenas.
DOS FACCIONES
Las quejas y enfrentamiento se ahondaron. Un grupo de comerciantes desconoció a Yana Balcona, y eligió a Marco Antonio Roque Salazar. Entonces hubo dos presidentes que negociaban con la comuna provincial. Sin embargo, en los Registros Públicos, permanecía inscrita la primera.
SE DESCAPITALIZAN
Luego de las demandas la explanada fue asfaltada y también se pavimentó la calle 1 de Mayo.
Pero la situación no es ‘color de rosas’. De los 650 comerciantes un poco más de la mitad son consecuentes, el resto ya no acude. Los vendedores se quejan por las escasa venta. La mayoría se ha descapitalizado y exigen que la municipalidad promocione la feria y cumpla sus compromisos.
Doña Silveria no pudo despedirse de sus socios, falleció el último 11 de mayo, tras visitar a su madre.