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«A Juliaca le faltan un montón de cosas, sobre todo en las calles»

Miguel Ángel Calcina, natural de Ayaviri, es un padre ejemplar.

Miguel Ángel Calcina, natural de Ayaviri, es un padre ejemplar.

Miguel Ángel Calcina Arisaca, de 48 años de edad, natural de Ayaviri, vive en Juliaca junto a su familia, trabajando en su ‘mototaxi’. Como él, muchos padres serán homenajeados este domingo por motivo del Día del Padre.

¿Cuál es su oficio, a qué se dedica Ud.?

Yo trabajo en mi mototaxi, desde las 4:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde. Tengo este trabajo desde hace 7 años. Antes laboraba como agente de seguridad, luego empecé en el mototaxi y me fue bien, por eso cambié de oficio. Laboro de lunes a domingo, no hay un día de descanso.

¿Cómo llegó a Juliaca?

A Juliaca llegué a los 32 años aproximadamente, me quedé de pasada porque mi DNI estaba caducado, yo trabajaba en Majes, Arequipa; sin embargo, me quedé trabajando aquí hasta estos días.

¿Tuvo carencias económicas?

Me ha ido bien nomás, ni tan bien ni tan mal.

¿Tiene alguna afición o pasatiempo?

Posteriormente a mi trabajo quisiera ser músico, tocar el teclado. Desde joven, a los 20 años, quise dedicarme a la música, sin embargo, me fui al “agua” porque me robaron mis instrumentos. Actualmente toco más o menos.

¿Cuántos hijos(as) tiene?

Tengo tres hijas, una mayor (Shirley), una de doce años (Ágata), y otra de nueve (Jade). La mayor tiene su familia, la segunda está estudiando, la pequeña me dice que quiere ser doctora. Me siento feliz como padre. Mientras que yo esté vivo deben “aprovecharme” al máximo, les digo.

Trabajando en su mototaxi, ¿ha sido testigo de sucesos anecdóticos?

En la moto pasan muchas cosas, a veces no quieren pagarte, pero también hay personas que te dan más, te dicen “quédate con el vuelto”. A veces suben “borrachitos” a los que no quieren llevarlos, yo sí los “recojo” con normalidad.

Cuando tenía mi primera moto casi me la roban, me han apuntado con un revólver, pero me salvé, solo me quitaron mi llave, ese fue el peor temor que pasé. Una vez también sufrí un accidente en el cual llegué a estar internado en la Clínica Americana, un carro me chocó y me volteó la moto.

¿Cuál cree que son las necesidades urgentes de la ciudad?

A Juliaca le faltan un montón de cosas, sobre todo en las calles, es un caos; hay mucha delincuencia, mucho tráfico y desorden. Muchos se han acostumbrado a eso, nadie dice nada.

¿Qué anhelos a futuro tiene?

Ser feliz, vivir tranquilo.

¿Algún mensaje para los jóvenes?

Que estudien, que sigan adelante en sus carreras profesionales, que la ejerzan, que no se dediquen a tomar en la calle, claro, podemos tomar un momento en un “compromiso”, pero no en la calle para estar “botados”.

Como padres hay que ver qué es lo que están haciendo y qué les hace falta a nuestros hijos, que siempre hablen con ellos. Anhelamos que sean profesionales, que tengan un buen trabajo. Siempre hay problemas en la casa, pero nunca exageradamente.
El día domingo que es nuestro día, que cocinen juntos, que estén felices con la familia, de repente tomar unas cervezas, sin exagerar, claro.

Miguel Ángel Calcina junto a su herramienta de trabajo.
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