¿Cómo escribir y no reprimir la cólera e impotencia frente a una candidata y sus secuaces que quieren torcer (a juzgar por los hechos) la voluntad soberana del electorado? Es casi imposible no sentirse asqueado por la necedad de Keiko Fujimori y quienes la siguen cual fiel comparsa, para buscar a como dé lugar el sillón de Pizarro.
Reitero, voté viciado, porque desde el principio no creí ni creo en Pedro Castillo, menos en la lideresa de Fuerza Popular. En el primero, porque es un improvisado que se tropezó y el azar quiso ubicarlo como el casi nuevo presidente de la República. Un absurdo.
Y en el caso de la hija de Alberto Fujimori, porque sigue siendo el apéndice de su progenitor, porque en su ADN se encuentran la maldad y engaño para sobrevivir en política, de otra forma no se entiende su apetito voraz e insano para llegar, no importa el modo, el fin justifica los medios, a Palacio de Gobierno.
En el contexto, un colega y amigo me indicaba que yo afirmaba que con Keiko habría más democracia. Y le reitero, eso es absurdo, por decir lo menos. Mi teoría del sistema democrático es muy simple: dos candidatos, PC y KF, y viciado o en blanco. Punto. Y así fuimos a las urnas, y a juzgar por los hechos, el profesor sería el nuevo mandatario. La voz del pueblo es la voz de Dios, aunque desde mi particular percepción, Dios y el pueblo se vuelven a equivocar. Dios no es peruano. Una lástima.
Desde Perú Libre, aunque digan lo contrario, han armado un plan de gobierno a las patadas, a golpe. Es como acudir a clases sin haber preparado el tema, y luego embaucar a los alumnos. Eso ha hecho el futuro primer mandatario. A ver, quién demuestra lo contrario.
Sin embargo, por ambos bandos los seguidores se entrecruzan en peleas callejeras y a través de las redes sociales para defender a como dé lugar a ambos impresentables de nuestra fauna política. Y conste, no me anima ninguna animadversión contra el maestro (soy docente universitario), sino cuestiono cómo es que un personaje que nunca estudió y hasta rechaza las bibliotecas como fuente de saber, o que dice que los “feminicidios son producto de la ociosidad”, ahora nos vaya a gobernar. Plop.
No voy a ocuparme de las leguleyadas de la banda de Fuerza Popular, pero si Toledo, mitómano y aventurero; Alan, corrupto según todos los indicios legales; Humala, que nunca tuvo galones para decirle no a su consorte; o hasta PPK y Vizcarra, quien no pudo juramentar y todo indica que tarde o temprano acabará entre rejas; si todos ellos nos gobernaron, entonces solo queda admitir que se impuso la democracia y Pedro Castillo nos debe gobernar (si no se tuerce la voluntad popular) aunque ni siquiera sepa preparar una clase. Qué pena. Vamos a celebrar 200 años de soledad. Terrible.