Como otras tantas leyendas urbanas es la frase que se atribuyó a un titular del diario “El Comercio” ex – post de la guerra con Chile. Reflejó entre muchas ideas y animadversiones: Que en el Perú no se puede ser “pro”, sino “anti”. Anti-limeños, anti-andinos; anti-apristas, anti-belaundistas, anti-imperialistas. Anti-apristas. Lo costeante es que muy pocas veces se ha sido anti-comunistas.
Y por eso avanzaron campantemente: Coparon todas las instituciones, se han hecho amos y señores de las Universidades Públicas; donde para ascender o para entrar a la plana docente, uno tiene que ser de rojo para abajo. Las conocidas ONG, “progres”, hacen su chacra en todos los organismos donde se cuelan como “consultores”. Miren nomás en los famosos modelos “garantistas” del Poder Judicial y del Ministerio Público. Si no se tiene una tendencia “rojimia”, uno no entra. Pregúntenle al camarada Duberli Rodríguez Tineo (a) camarada “Pajarito”, otro cajamarquino, que se dedicó a poblar de “progres” todo el Poder Judicial.
¿Cómo llegó a ser vocal supremo y luego presidente de la Corte Suprema? De Puno llevó a algunos comunistas de familia y de ejecutoria roja. Villa Stein puede dar fe de todo esto, harto de lo que veía; y por eso es célebre su pelea en solitario con la caviarada de San Martín y compañía ¿O no?
Por eso, no es nada extraño, que públicamente declaren los “antifujimoris” que si se presentara el diablo a candidatear (algunos de sus allegados ya lo hicieron), votarían por él antes que por Keiko. No importó que el “profe”, haya hecho gala de una silvestre formación conceptual y raquítica oratoria. No importa que no tenga un plan de gobierno claro; como tampoco sepa (y menos quiera) qué es un equipo de Plan de Gobierno.
Tampoco les interesa, que su marxismo-leninismo de huayno provinciano, sea al cambio la cuadratura del círculo. No importa; lo importante es que la «China» no gane, y aunque el Perú se vaya – literalmente- al cuerno. Lo importante para los rojos, es que el símbolo de la derrota de Sendero no gane las elecciones. Primero los terrucos, antes que la «China».
Hoy, el Perú está severamente amenazado. Es la tormenta perfecta: De ganar la opción democrática y de economía abierta, serán los terroristas encubiertos quienes pretenderán demolerla y frustrar cualquier propuesta nacional; además ellos lo que quieren es que fracase el sistema democrático y el modelo económico. De ganar el ultrismo, con la indefinición evidente, con la contradicción entre la propuesta económica de un inexperto Pari y el tecnócrata “progre” de Francke, o de Verónica Mendoza con Vladimir Cerrón; será un vehículo con dos timones y con transmisión en neutro; ahí el Congreso le hará a Pedro El Ingenuo, lo mismo que a Keiko en la calle. Pero no importa, de nuevo el dogma: «Primero los chilenos antes que Piérola».
Lo que hasta ahora no se entiende, es que uno de los grandes errores de la democracia es que el comunismo crece dentro de ella; usa de sus instituciones garantistas, sus universidades; para promover el reclamo, la protesta, el descontento e incitar al odio. Por eso, no existe en el sur del Perú, un solo gobierno regional o municipal, que hay creado condiciones para promover la inversión privada, y por ende crear puestos de trabajo.
Es que el negocio de los comunistas es que haya más pobres; lo demás no interesa.