Ilave. La crisis llegó a todos los hogares, sin considerar status sociales, pero los más golpeados en esta pandemia de la covid-19, son las familias de escasos recursos que, al final, son los más vulnerables y los que tienen menos posibilidades de seguir las clases virtuales con la comodidad que requieren en sus respectivos hogares.
Hay niños y niñas en el sector rural que no pueden acceder al internet, mientras que en la ciudad los estudiantes tienen que aprovechar que sus padres salen a laborar y ellos a cuidar el puesto de venta; es el caso de la estudiante Rossy M.M., que cursa el sexto grado en la Institución Educativa Primaria de Ilave, ella sigue sus clases por un celular viejito , alternando la venta de gelatinas y sus estudios, con entusiasmo.
Manifestó que se adapta a las circunstancias y que tiene que sacar provecho de la conectividad y que su gasto es de 5 soles en la recarga diariamente, dentro de inocencia indicó, «si quiero ser alguien en la vida tengo que esforzarme y ya vendrá mejores tiempos para compartir con mis compañeritos de mi escuela».
La menor vende gelatina en el Jr. Atahuallpa, a una cuadra del mercado Central, su madre pide ayuda a la población, para que su menor hija pueda continuar con sus estudios con total normalidad.
