Arequipa. Debido a la pandemia de la covid-19, por segunda vez, la festividad de la Virgen de Chapi quedó suspendida para evitar que incrementen los casos positivos en Arequipa. En ese sentido, el Arzobispado anunció que el santuario de Chapi, ubicado en el distrito de Polobaya, así como las iglesias de Chapi Chico (Miraflores) y Chapi Charcani (Cayma), donde también se congregan los fieles, permanecerán cerrados.
El monseñor Javier del Río Alba explicó que estas medidas se toman debido a que este evento congrega en cada edición entre 200 000 y 250 000 católicos. No obstante, para no perder las tradiciones, anunció que la imagen de la Mamita de Chapi sobrevolará la ciudad el sábado 1 de mayo.
En esta oportunidad, en comparación al año pasado, tanto el tiempo del recorrido como la cantidad de distritos que visitará la virgen será ampliado.
Asimismo, señaló que los rituales y actividades por el aniversario de la Virgen podrán ser vistos a través de las redes sociales de las diversas iglesias.
SEGURIDAD
Víctor Zanabria, jefe de la IX Macro Región Policial, informó que las medidas de seguridad para resguardar las iglesias estarán a cargo de los efectivos de la Policía. Explicó que el santuario principal de Chapi estará resguardado por 8 policías para evitar el ingreso de cualquier peregrino. También habrá presencia de personal de caballería a la altura de la escuela de Charcani y Polobaya. Mientras que el Santuario de Chapi Chico, en Miraflores, estará rodeado de vayas y rejas.
INFRACCIONES
Zanabria señaló que los fieles que infrinjan las normas recibirán una papeleta administrativa y serán detenidos por cuatro horas en los dos centros de retención que habilitará la Policía en el Cercado y Cono Norte.
En tanto que las personas que promuevan la participación presencial en estas festividades, como fiestas patronales, recibirán sanciones penales.
SERENIDAD
Por su parte, el alcalde provincial Omar Candia Aguilar llamó a la población a disfrutar de estas fiestas desde sus hogares, pues la covid es cada vez más agresiva. Tanto así que, según cifras de Sinadef, cada cinco minutos fallece un peruano víctima de la enfermedad.
Explicó que esta situación conlleva a los funcionarios a replantear las estrategias para celebrar las actividades. Pero además de la responsabilidad de los diferentes niveles de gobierno, también se necesita la participación y el apoyo de la población.