Arequipa. El sacerdote de la parroquia Cristo Obrero (Miraflores), Joel Chipana Palomino, fue acusado el pasado jueves 8 de abril de intentar violar a su empleada. El cura habría llevado a Miramar, la agraviada, a la casa de su hermana, situada en el complejo habitacional Deán Valdivia (Cayma), para que lavara las albas y manteles de la parroquia. Allí, luego de tocarla indebidamente, habría intentado violarla.
Sus feligreses en Miraflores recién se enteraron este último fin de semana de que el Arzobispado de Arequipa lo había suspendido de sus funciones por este presunto delito.
La víctima contó a las autoridades policiales que el cura la invitó a ingresar a su habitación con la excusa de que sacara las prendas que debía lavar, la sentó en su cama y empezó a contarle que su hermana no se encontraba porque había viajado a Lima, mientras comenzaba a tocarla de forma libidinosa. Miramar, cuando sintió que las manos del sacerdote recorrían por su espalda baja, lo apartó de ella. El varón, entonces -según la denuncia- se quitó la casaca para tratar de ultrajarla sexualmente, pero antes quiso convencerla de tener sexo a cambio de dinero.
La joven, asustada, se escapó de la vivienda y se dirigió a la comisaría de Deán Valdivia para denunciar al párraco por el delito contra la libertad sexual en la modalidad de tocamientos indebidos.
Dos días después, el presunto agresor se acercó a la misma comisaría para denunciar a la empleada por hurto agravado, luego de que, según él, se extraviaran objetos de valor de la casa de su hermana.