Socabaya. La tarde del último miércoles, Gabriela Mendoza Yanarico (30) y sus dos hijas Kiara (3) y Abigail (5) salieron de su casa, situada en la asociación Apipa de Cerro Colorado, a almorzar y nunca más volvieron. Sus cadáveres, con signos de haber sido degolladas, fueron hallados ayer en el kilómetro 21 de la vía Arequipa-Chapi, en Yarabamba. El principal sospechoso del triple asesinato es Édgar Pinto Gómez, expareja de Gabriela y padre de las dos niñas.
Ese día, según el testimonio de la hermana de Gabriela, el varón y su familia acordaron almorzar en un restaurante del sector de Simón Bolívar, en Socabaya, donde los adultos habrían bebido unas cervezas y, posteriormente, discutido. Édgar Pinto, según la primera hipótesis policial, le pidió a Gabriela el divorcio porque tenía otra pareja. La mujer se resistía a dárselo debido a que el varón no cumplía con la pensión para sus hijas.
Luego de su negativa se habría propiciado el feminicidio y el parricidio.
Hasta el momento se desconoce los pormenores de los macabros asesinatos, pero se sabe que tanto Gabriela como sus hijas fallecieron decapitadas, presuntamente, con un cuchillo. Es que las manos de Gabriela presentan marcas de ese tipo de arma blanca de la que, seguramente, intentó defenderse. Los tres cuerpos fueron hallados por unos ciclistas a 6 metros de la vía que conduce a Chapi.